La Culpa VS El Arrepentimiento
El diablo siempre quiere imitar la obra de Dios, pero hace siempre de todo una versión mala, como los taiwaneses con los elementos electrónicos. La cuestión es que por cada bendición de Dios, el diablo tiene una maldición disfrazada. Dios sana, el diablo tiene sanadores falsos a su servicio, Dios da dones el diablo tiene dones engañosos, etc. Dios nos dio un arma y una bendición, que es la mejor de todas, es "el arrepentimiento". El arrepentimiento nos permite reconocer que hicimos mal y volver a estar bien con Dios, al 100%, porque Dios no tiene ningún problema en sacarnos una y mil veces de barro, limpiarnos y restaurarnos. Si Él nos manda que perdonemos 70 veces 7 es porque está dispuesto a perdonarnos muchísimo más. Como el diablo vio que esto no era bueno para sus planes inventó algo, que, a simple vista, es parecido al arrepentimiento, pero que sus consecuencias son totalmente diferentes, es la culpa. La culpa reconoce que nos equivocamos, pero no deja que volvamos a tener esa buena relación con Dios, la culpa nos hace bajar la cabeza y decir "Dios no me va a ver con buena cara". El arrepentimiento edifica, la culpa destruye. El arrepentimiento crea puentes, la culpa te corta el puente cuando lo estas cruzando. Si tuviste uno, dos, cinco o mil errores, Dios está ahí, no te mira con mala cara cuando vuelves a Él, y no te reprocha. Si el haber hecho algo malo te impide volver a Él, es más malo el no volver, que lo malo que hayas hecho. La Biblia nos dice en Hebreos 12:1-2 que como cristianos tenemos una gran carrera por delante, nuestra meta es Cristo. Pero nos dice que, como buenos corredores, no podemos correr con peso, nadie correría una carrera de velocidad llevando un piano al hombro. Nos enseña que tenemos que dejar a un lado dos cosas para poder correr bien, por un lado el pecado y por otro lado el peso. Tal vez tu crees que la culpa no es un pecado, pero te puedo asegurar que es un peso que no te deja correr, es como una red, que se te enreda en los pies y no te permite seguir. Tal vez en tu vida estás luchando con tentaciones o tendencias que se oponen a lo que Jesús quiere para ti, y muchas veces la culpa se convierte en un aliado de tus enemigos. Porque cuando caes ante una tentación, o cedes ante alguna tendencia, la culpa te quiere dejar en el piso, no quiere permitir que te levantes y sigas corriendo. Sin embargo el arrepentimiento es el que te permite recordar que estás en medio de una carrera y que es necesario levantarse y correr. Dios no está ahí para darte un golpe por lo que hiciste mal, justamente Él envió a su Hijo para que podamos levantarnos y seguir adelante, Él está para abrazarte y sanarte, no para criticarte, Él quiere lo mejor para vos. Mira lo que dice Jeremías 29:11 "Porque yo se muy bien los planes que tengo para ustedes "afirma el Señor-, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza." No te quedes en el piso, no dejes que la culpa sea tu vencedora. El que ganó es Cristo y clavó todas nuestras culpas en la cruz (Colosenses 2:14.) Por eso, adelante! Fija tus ojos en Cristo y actúa de acuerdo a quien eres en Él.
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