Hasta la estatura de Jesucristo
“En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables. No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición…”
1 Pedro 3.8-9
¡De eso se trata!
Cuando Dios te llama, y Cristo te invita a ser su discípulo, de alguna manera se inicia una sociedad con el Creador del Universo. Sociospara responder a las provocaciones con aquello que la Biblia llama bendición. Pedro parece decir: ¡Se trata de eso, muchachos!
Seguir a Cristo tiene que ver con ‘torcerle el brazo’ a la mala onda, por medio de la bendición. Se trata de mirar al otro y pensar cómo hacerle bien, y descubrir en él lo que puede hacerme crecer como humano… A veces tratamos con los demás como si fueran una escalera que podemos usar para alcanzar nuestras metas, o bien como un obstáculo que habrá que derribar. La verdad es todo lo contrario: nuestra realización personal está directamente ligada a la edificación de aquellos semejantes con quienes nos relacionamos.
Preguntas nada fáciles
Intenta ser lo más concreto posible a la hora de contestar estas preguntas.
Quiero pedirte que pienses en nuestras respuestas frente a las agresiones y a las indiferencias ‘mínimas’ que se nos presentan a diario.
¿Cómo reaccionó Jesucristo frente a la agresión?
¿Qué consejo te daría Pedro cuando te quejes por no ser comprendido?
¿Cuáles son las actitudes y acciones por el prójimo que Jesucristo quiere que encarnes?
El corazón de Dios pide socios. Busca a gritos a quienes deseen emparentarse con su obstinado amor. En fin… clama por verdaderos discípulos que comprendan que, si había un misterio, este ya fue revelado en la cruz del calvario: la vida se trata de amar.
Fuente: Vamos por mas- German Ortiz
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